Las primeras películas muy personales del director británico Terence Davies, que incluyen Voces distantes, Aún vive y El largo día cierra, contrastó el ambiente lúgubre y reprimido de su infancia provinciana y pueblerina con el anhelo de la libertad que representan las películas y las canciones populares. Davies recurrió a la adaptación literaria con La biblia de neón y La casa de la alegría, una emotiva y exquisita adaptación de la novela de Edith Wharton, protagonizada por Gillian Anderson. Esta discusión tuvo lugar justo antes del estreno de la película en Estados Unidos. Debido a la tranquila intensidad de sus películas, la mayor sorpresa aquí puede ser el humor travieso que muestra Davies a lo largo de la charla.
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